En el área urbana, alrededor de 25 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria, uno de cada cinco mexicanos; y en el campo, la cifra es alrededor de ocho millones. Aunado a ello, el 7.7% de la población vive en inseguridad alimentaria severa.
“Quiere decir, que buscan comida en el basurero; que esa familia se va a dormir sin haber tomado un bocado y, por lo tanto, se van a ir sin desayunar”, relató la Dra. Ana Bertha Pérez Lizaur.
La nutrióloga certificada por el Colegio Mexicano de Nutriólogos presentó ante la Comunidad Universitaria de la IBERO Puebla la quinta edición del libro Nutriología Médica, del cual es coautora.
Hizo énfasis en que, pese a que las condiciones y la esperanza de vida han mejorado gracias a los avances en tecnología y salud, las cifras no son alentadoras.
Además de la inseguridad alimentaria, tres cuartas partes de los adultos del país tienen sobrepeso y obesidad; mientras que el 18% de mujeres tiene anemia, de acuerdo con la última Encuesta de Salud y Nutrición.
“Es un cuestionamiento para el profesionista en nutrición, en salud; qué estamos haciendo y qué no estamos haciendo, que estas cifras no se han modificado”, aseveró Pérez Lizaur.
En 1972, cuando nace la Licenciatura en Nutrición en la IBERO Ciudad de México, de la cual es egresada, los problemas a los que se enfrentaban era abatir la anemia y desnutrición. Si bien ese contexto se ha ido modificando en el país, ha sido desgraciadamente hacia la mala nutrición.
Pese a que el sobrepeso y la obesidad han disminuido la esperanza de vida del mexicano, de cuatro a cinco años, y la COVID-19 uno, todavía es de es de 72 a 76 años.
Ante esta realidad, la tendencia es que a futuro haya muchos más adultos mayores, lo que será muy costoso; por lo que el reto de los profesionales de la nutrición es hacer de ellos personas sanas.
“Necesitamos de alguna manera promover una dieta saludable, para lograr que nuestros adultos mayores sean lo más sanos posible. Lograr una población más sana, con mayor bienestar y menos costosa para el país”, afirmó la nutrióloga.
El objetivo del libro es mejorar el bienestar de la población, facilitando el aprendizaje de nutriólogas, nutriólogos y demás profesionales de la salud.
“Yo espero que, si ustedes leen Nutriología Médica, vean oportunidades para disminuir anemia, para mejorar seguridad alimentaria, para disminuir obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, para cuidar el planeta y para respetar la cultura alimentaria de la población”, explicó.
La primera edición surgió en 1995, cuando la Fundación Mexicana para la Salud decide que sería bueno tener un libro de texto enfocado a los médicos, en español y con autores mexicanos; que incluya los conceptos necesarios para la enseñanza de la nutrición en las escuelas de medicina; pero, sobre todo, para construir un lenguaje común entre nutriólogos y médicos.
“Yo creo que lo hemos logrado, pero todavía estamos muy lejos”.
El trabajo conjunto con profesionales de la medicina y enfermería es de suma importancia, ya que tienen el contacto de primera mano con los pacientes. Por ello, instó a los estudiantes a trabajar con ellos de la mano, a pelear esa mancuerna, estando cada día mejor preparados, y lograr un mejor cuidado del paciente y la comunidad.
Ana Bertha Pérez se dijo orgullosa de lo mucho que ha crecido el texto a lo largo de los años, junto con la profesión, que en la actualidad está mucho más consolidada. “Los editores estamos contentos de lograr esa articulación de tantos profesionistas de la salud […], para lograr que el libro pueda incidir en lo que necesitamos” con un enfoque transdisciplinario.
Esta nueva edición viene también en formato digital y contiene siete capítulos nuevos que fortalecen la parte de conceptos básicos de fisiología y metabolismo; así como la de evaluación del estado de nutrición.
Hace énfasis en el concepto de longevidad saludable y se incluye material sobre estrategias de apoyo conductual y gestión en la práctica clínica. Además, cuenta con un código QR para que en la página web del libro, los estudiantes puedan obtener conocimientos complementarios.