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Los tentáculos de los Mier en Grupo CVT
Álvaro Ramírez Velasco
El Oficio 110/231/2021 que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) dirigió a la Fiscalía de Justicia del estado (FGE) de Puebla, el 7 de julio de 2021, con datos que sustentan y revelan indicios de una intrincada red de lavado de dinero, en la que se menciona al aún coordinador de los diputados federales de Morena, Moisés Ignacio Mier Velazco, es también la punta de lanza de pistas y señalamientos que van directo sobre otras personas, otras empresas y otras entidades de Puebla.
La larga y documentada trama, que destapó la investigación de los periodistas Víctor Hugo Arteaga y Néstor Ojeda, así como los trabajos del diario poblano Hipócrita Lector, sobre empresas de la familia Mier e Izcoa, llevan en un segundo plano, inexorablemente, a las pistas sobre la participación de Grupo CVT (Corona, Villava, Tay).
La empresa que encabezan Mauricio Corona Tay, su esposa Angelines Ruiz Esparza, su hermano Rodrigo Corona Tay y su esposa, Christiane Tabe, tiene ligas profundas y añejas con el diputado federal suplente Moisés Arturo Villaverde Mier.
El sobrino de Ignacio Mier es dueño de Mizco Consultores, junto con Eduardo Izcoa. Es una empresa -como se ha documentado- que está señalada por la utilización de factureras, para el presunto lavado de dinero, que en los últimos años ha acrecentado exponencialmente sus millonarios negocios, al cobijo del poder político.
Mizco pasó de facturar 1.9 millones de pesos en 2016, a 66.9 millones de pesos de 2018 a 2021, en contratos de obra y servicios públicos.
Se trata de un crecimiento de 3 mil 200 por ciento en tres años.
En esa millonaria acumulación de ganancias, aseguran fuentes de la investigación, requería de una “limpieza” o “regularización” fiscal simulada. Ahí hace su aparición Grupo CVT.
De acuerdo con los datos conocidos y el cruce de información pública, estas personas, agrupadas en CVT, presuntamente aportan una cartera de clientes, que les ha devenido en jauja económica, entre los que destacan Moisés Villaverde Mier.
Se trata, en su contexto, de “un cliente muy especial y conocido por parte de la familia Corona Tay”.
La intensa y fructífera relación surge, aproximadamente, en el año 2014, cuando “don Mauricio Corona Villava -el padre de los dueños de CVT- desempeñaba el puesto de director de administración y finanzas en el Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública”.
Fue ahí en donde la empresa Mizco Consultores S.A. de C.V se presentó como un proveedor más de la dependencia, para crear contratos millonarios y surtir equipos como conmutadores, radios y demás equipos especializados en telecomunicación.
Años más tarde, continuaron los nexos entre Moisés sobrino y los hijos de Mauricio, pues a través de empresas como Tiguecom, Angrylon, Gelkom, Nkar, Digarmex, entre otras, presuntamente simulaban operaciones para poder triangular grandes cantidades de dinero.
En esta trama, de acuerdo con las fuentes, aparece como una pieza fundamental la “contadora Mariana”, quien se encargaba de administrar los recursos de Mizco Consultores S.A de C.V.
Cada personaje que integra CVT, han detectado, tiene un papel específico en la organización.
“Están los clientes de Mauricio, los clientes de Rodrigo, los clientes de Christiane, los clientes de Angelines Ruiz Esparza -sobrina del famoso ex futbolista El Capi- y también del cuñado de los Corona Tay, Jorge Limón Reyes”.
Grupo CTV tiene, por supuesto, una muy amplia lista de clientes. Sus servicios son bien conocidos y muy recurridos. El negocio familiar, como en el caso de los Mier, fue de menos a más, hasta tener que rentar oficinas ejecutivas, para tratar a sus clientes “como se les merece”. Hoy despachan en la Avenida 11 Sur 1708 Edificio A.
Los tentáculos de los Mier, cuyo patriarca, Moisés Ignacio Mier Velazco, anunció este lunes denuncias contra varios funcionarios -la vieja estrategia de “al ladrón, al ladrón”-, son largos, pegajosos y tienen el tufo intenso de la sospecha.